Mucho menos si se encuentra cerca de un Centro Universitario tan importante como lo es el de Sociales y Humanidades y en la misma manzana que una secundaria, la Mixta 56 “Juana de Asbaje”, ese es el supuesto de la Biblioteca Central “Prof. Ramón García Ruíz”.
De un acervo invaluable, instalaciones soberbias, apacibles, bien organizada que además cumple con el designo de los tiempos; modernizarse; ya que dentro de los servicios que ofrece se respira una evolución y de manera permanente mantiene ciclos de lectura, conciertos de música, teatro, cine, conferencias, actividades lúdicas para los niños de la zona, es decir prácticamente todo lo que tiene que ver con las bellas artes, pero volvamos al punto central
¿A quién le importa una biblioteca? Si sus actividades no representan una remuneración económica, si lo único que hace como objetivo principal es custodiar y mantener la memoria de grandes escritores, ser un sitio de consulta de libros que de otra manera se perderían para siempre, con autores de más de cuatrocientos años de legado, únicamente quien en verdad a buscado información que no se encuentra a un clic de distancia puede entender su valor.
En primera persona puedo comentar que he disfrutado mucho las veces que he ido hacer consulta, y siempre renueva mis votos por el arte. Volvamos a la pregunta inicial ¿A quién le importa la Biblioteca Central “Prof. Ramón García Ruíz”? ¿A sus trabajadores que son además locutores de una estación de radio por internet, animadores de un corazón gigantesco para atraer a jóvenes a la lectura? –y todo por el mismo sueldo–, ¿a los vecinos que lo usan como punto de encuentro y centro cultural de barrio?
La respuesta tal vez como siempre sea que a muy pocos, pero esos pocos sabemos que son de los sitios impensables perder, que un biblioteca es uno de los lugares más dignificantes para escuchar las voces de las mejores mentes que han caminado no solo por nuestra ciudad, sino por el mundo entero a través del tiempo, en su acervo encontramos rarezas dignas de conocer como “Las Obras de Ingenios Españoles”, una copia de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha (1876), solo por citar algunos, así que la siguiente vez que se encuentre por Jesús González Ortega y General Eulogio Parra, vale la pena preguntarse ¿A mí me importa la Biblioteca Central?