El encuentro de ilustradores que tiene como escenario la FIL Guadalajara arrancó con un diálogo centrado en el trabajo de dos autoras del país europeo
El mar, la playa de Porto y el contraste que viven los habitantes del lugar respecto a los vacacionistas adinerados que llegaban a veranear, han sido parte de la influencia en el trabajo de Eva Evita, arquitecta e ilustradora que participó este sábado en la inauguración de FILustra, el encuentro de ilustradores de la FIL Guadalajara,
Con ella estuvo otra ilustradora portuguesa, Carolina Celas, y juntas arrancaron las actividades del encuentro con la charla “Las emociones y el dinamismo en la ilustración portuguesa”, como parte del programa de la 36 edición de la FIL, que tiene a Sharjah y el mundo árabe como Invitados de Honor.
El trabajo de Eva Evita refleja las vivencias que experimentó en su ciudad, la que describió como un lugar muy pequeño, situación que fue un motivo muy importante para decidirse por expresar sus emociones por medio del diseño, donde plasma lo que ha vivido y observado.
La arquitecta e ilustradora mostró algunas de las fotografías de paisajes, espacios y personajes de su ciudad que inspiraron los dibujos que expuso a los asistentes al foro. En estos se pueden ver los faros, la pequeña playa, las barcazas, los pueblerinos que recolectaban algas y los campos de maíz —que ya no son tan comunes—, donde invita a reflexionar al lector sobre la historia detrás de cada trazo.
“Observar los pasos que doy, dónde me encuentro; observar los pasos de la memoria, los sitios, son toda una influencia en mi persona”, dijo quien fue la ganadora de la XIII edición del Catálogo Iberoamérica Ilustra, y que además impulsa un proyecto de poesía en donde se ha invitado a poetas para que interpreten sus historias.
A su vez, Carolina Celas exhibió parte de su obra, donde quedaron patentes las emociones que la inspiraron a emigrar del diseño y la publicidad a contar historias mediante su arte.
Al ser una apasionada de los libros, comenzó con su trabajo como ilustradora en Lisboa. Aunque muchos de sus trabajos son por encargo, le gusta poner mucha atención en los detalles y en la historia para dejar la puerta abierta al lector, de modo que este imagine el contenido de la imagen y la narrativa que esta guarda.
Celas reveló que le gusta trabajar sobre los personajes, imaginar lo que piensan y provocar que el lector cree sus propias ideas al contemplar sus ilustraciones.
El dinamismo en su obra se percibe en la manera en la que trabaja con el espacio, con la que pretende que el lector logre entrar al universo que observa, como en su libro Horizonte que puede ser disfrutado, tanto por niños como por adultos.
“Es un viaje poético, imaginario, que los invita a explorar lo que está siempre presente, el horizonte está siempre presente, aunque estemos en distintos lados”, expresó Celas.