mar. Nov 19th, 2024
elección en EU herencia maldita Donald Trump
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El resultado de la reciente elección en los Estados Unidos (EU) no debería sorprender a quienes observaron con atención, y sobre todo con objetividad, los procesos previos.

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Es comprensible el desencanto y desilusión de aquellos que ciegamente creyeron en la propuesta demócrata. Sin embargo, siendo claros, era previsible la victoria de Donald Trump, quién supo mantener su imagen en alto para la mayoría a pesar de su historial de controversias y delitos.

Su popularidad arroja una realidad innegable: ganó legítimamente tanto en los complejos votos electorales como en la suma de votos individuales.

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En retrospectiva, es interesante comparar la situación de Kamala Harris con la de Claudia Sheinbaum en México. Ambas son herederas políticas. Mientras que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) fue el pilar que favoreció a la victoria de Sheinbaum, en EU el partido demócrata puso sobre Harris una pesada carga lanzándola como sombra de un decadente Joe Biden, cuya imagen era tan mala, que lo obligó a renunciar a su candidatura.

Kamala Harris
Kamala Harris

Por otro lado, a diferencia del momento temprano de su sexenio, cuando AMLO le entrega el bastón de mando a Claudia Sheinbaum y la ungió como su heredera, a Harris se le vino la candidatura encima sin previo aviso.

No tuvo tiempo para construir una campaña competitiva frente a un Donald Trump que ha dominado
los titulares políticos durante años. Insisto, en términos de competitividad, el proceso fue la crónica de una muerte anunciada.

Irónicamente, y aunque pareciera que los republicanos en EU y los morenistas en México representan polos ideológicamente opuestos, en la práctica, tanto AMLO como Trump han recurrido al populismo como herramienta para captar votos.

Las promesas utópicas e incumplibles fueron lanzadas a diestra y siniestra durante sus respectivas campañas.

De hecho, la derecha estadounidense ha visto cómo su identidad se desdibuja, con Trump adoptando discursos que tradicionalmente pertenecen a la izquierda, como el sindicalismo y un nacionalismo muy conflictivo mismo AMLO también supo explotar.

La percepción pública sobre Trump es compleja; muchos le temen, pero es importante recordar que durante sus 4 años como presidente, y dejando de lado la pandemia, no causó más estragos que otros líderes anteriores.

Habrá que ver si no se emborracha de poder ahora que tiene una mayoría en el Congreso.

Su regreso plantea inquietudes sobre su trato hacia México, especialmente tras haber utilizado al país como un peón en su retórica sobre migración y narcotráfico. A esto hay que sumar la postura que pueda tomar ante las polémicas reformas constitucionales que se están implementando en nuestro país.

Una esperanza surge, justamente, de la presunción del mismo Trump de que, durante su mandato anterior, no hubo guerras iniciadas por su parte. Él se autoproclama como un conciliador, y sabemos que es un negociador nato.

Por lo tanto, podríamos encender una vela de que pueda, de alguna manera, ayudar a resolver los múltiples conflictos bélicos que existen en el mundo.

Es muy sencillo: la estabilidad global, lamentablemente, depende mucho del estado de ánimo de una sola persona. Así que ¡Dios nos agarre confesados!

Y de ahí… Lo que sigue.

Herberto de la Rosa
[email protected]
@Herbertodlrosa


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Por Herberto De la Rosa

Lic. en Periodismo, empresario, editor y escritor de opinión para varios medios como Milenio. Ganador de múltiples premios de fotografía. Fundador del periódico Puras Buenas Noticias y la revista Capital Deportiva

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