El cine mexicano tiene varias peliculas que son conocidas por ser perturbadoras o inquietantes, ya sea por su temática, su estilo visual o su impacto psicológico.
Empecemos con “Alucarda”, la hija de las tinieblas (1977), es dirigida por Juan López Moctezuma, esta película de culto es una mezcla de horror gótico, satanismo y erotismo.

La historia sigue a dos jovenes huérfanas en un convento que se ven envueltas en un pacto demoníaco, desatando una serie de eventos violentos y perturbadores. Es famosa por sus imágenes impactantes y su atmósfera claustrofóbica y opresiva.
También el filme “Somos lo que hay” (2010), de Jorge Michel Grau, es una película de horror social y canibal es cruda y visceral. Narra la historia de una familia que, tras la muerte del padre, debe continuar con un ritual caníbal para sobrevivir.

Es perturbadora por su representación gráfica de la violencia y la desesperación humana, explorando temas como la pobreza, la supervivencia y disfunción familiar.
En este mismo concepto está “La región salvaje” (2016), que es dirigida por Amat Escalante, esta película mezcla el drama social con elementos de ciencia ficción y horror cósmico. Se centra en una pareja que vive en un pueblo rural y cuya vida se ve alterada por la llegada de una misteriosa criatura que ofrece placer y destrucción.

Es perturbadora por su exploración de la sexualidad, la opresión y la naturaleza humana, con un elemento sobrenatural que añade una capa de extrañeza y tensión. Estas tres películas representan diferentes facetas del cine mexicano que buscan inquietar al espectador, ya sea a través del horror sobrenatural, el realismo crudo o la exploración psicológica de lo desconocido.
Y por último una película que te hela la sangre es “Daniel y Ana” (2009), dirigida por Michel Franco, es una película mexicana basada en hechos reales, que generó gran impacto y debate por su temática cruda y perturbadora.

La película narra la historia de Daniel (16 años) y Ana (23 años), dos hermanos de clase media-alta en la Ciudad de México que mantienen una relación cercana y de amistad. Ana está a punto de casarse, y la familia se prepara con ilusión para el evento.
Sin embargo, un dia son víctimas de un secuestro atípico: los secuestradores no buscan un rescate económico, sino que obligan a los hermanos a tener relaciones sexuales entre ellos mientras los graban en video.

Tras ser liberados esa misma noche, sus vidas cambian radicalmente. El trauma los aísla emocionalmente, afectando su relación, sus vidas personales y la dinámica familiar, mientras luchan por procesar lo ocurrido en silencio.