De todos es sabido que Donald Trump utiliza con sus socios comerciales la política arancelaria para presionar en su favor sobre diversos aspectos comerciales y económicos, y en el caso de Canadá y México también de seguridad y migración. Pero lo que no habíamos visto es que quisiera usar la espada de Damocles arancelarias para intervenir en procesos internos de algún país. Procesos que al final de cuentas ni le van ni le vienen al republicano.
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Pues cuando pensamos que ya habíamos visto todo, el inquilino de la Casa Blanca amenazó con ponerle 50 por ciento de aranceles a Brasil, si el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva no se desiste del juicio contra Jair Bolsonaro por su intento de golpe de Estado el 8 de enero de 2023 cuando asaltó las sedes del Ejecutivo, el Legislativo y el Poder Judicial en Brasilia para impedir la llegada al poder de Lula da Silva.
Abiertamente Trump ha manifestado su apoyo a Bolsonaro llamándolo un “líder fuerte, que realmente amaba a su país” y refiriéndose a su actual proceso judicial como una “cacería de brujas”, lo mismo que el republicano manifestaba durante el juicio donde se le declaró culpable de poco más de una treintena de delitos. Incluso, ha hecho un llamado para que “dejen en paz a Bolsonaro”.
Vaya locura que se le ha ocurrido a Trump. Sobre todo, si tomamos en cuenta que Estados Unidos ha tenido un superávit comercial con Brasil durante los últimos ocho años, lo cual significa que los aranceles al comercio carioca serían un duro golpe para los estadunidenses que comercializan con Brasil.
No obstante, en el fondo lo que parece prefigurar la sanción arancelaria es una disputa geopolítica mayor en la que se encuentra inmiscuida China y los BRICS en su conjunto. Al final de la cumbre de los BRICS en Río de Janeiro, Trump se mostró molesto y agresivo frente al amague de desdolarizar los intercambios comerciales de los BRICS.
“Si perdiéramos el dólar como estándar mundial, sería como perder una guerra, una gran guerra mundial; dejaríamos de ser el mismo país. No vamos a permitir que eso suceda”, manifestó el presidente de Estados Unidos.
Trump parece no darse cuenta de que, su guerra arancelaria contra países latinoamericanos lo único que está generando es un mayor acercamiento de las naciones del subcontinente con la economía china.
Sea como sea, Trump tiene varias razones para enfrentarse a Lula y con ello golpear a su gobierno y al pueblo brasileño: el acercamiento de Brasil con China, su apoyo a Bolsonaro y rechazo al juez, Alexandre de Moraes que logró doblegar a Elon Musk y ganar la batalla contra los noticias falsas y los mensajes de odio que navegan libremente en X, y finalmente, que Lula ha sido de los pocos gobernantes en el mundo que no se ha doblegado ante las bravuconadas de Trump, por el contrario ha respondido en el mismo nivel que ha presionado el jefe de la Oficina Oval. Ninguno de los dos ha manifestado su interés por dialogar. Esa respuesta no le agrada al republicano.
Veremos si la economía más grande de América Latina logra salir bien librada del zafarrancho en el que la ha metido la administración Trump.
Profesor del tecnológico de Monterrey
@contodoytriques