El culto a la Santa Muerte, originario de México, ha crecido significativamente en las últimas décadas, extendiéndose a otros países. Aunque no existen cifras oficiales y precisas, los países con la mayor cantidad de devotos o seguidores a la Santa Muerte son:
México: Es el epicentro del culto y cuenta con el mayor número de seguidores. Se estima que hay millones de devotos en todo el país.

Estados Unidos: La devoción a la Santa Muerte ha crecido de forma considerable en Estados Unidos, especialmente entre la comunidad latina, a través de la migración mexicana. Ciudades como Los Ángeles, Nueva York y Chicago tienen una presencia notable de devotos.
Países de Centroamérica: La fe se ha extendido a países como El Salvador, Guatemala y Honduras. En estos lugares, la Santa Muerte es venerada por diversos sectores de la sociedad, incluyendo a miembros de pandillas.
La Niña Blanca de Tultitlán
La Santa Muerte más alta del mundo mide 22 metros de altura y se encuentra en el municipio de Tultitlán, Estado de México, en el Templo de la Santa Muerte Internacional. Esta imponente figura es un punto central para los devotos en México y sirve como un símbolo monumental del culto a la Niña Blanca.

La Historia del Culto a la Santa Muerte
La historia de la Santa Muerte en México es una mezcla de raíces prehispánicas, con la figura de la diosa azteca Mictecacíhuatl, y su posible conexión con cultos y devociones a la muerte que se desarrollaron durante la época colonial.
El culto se mantuvo de forma oculta por siglos, volviéndose más público a partir de la década de 1940 y experimentando un crecimiento exponencial en el siglo XXI. Esta figura es un símbolo de protección, esperanza y consuelo para sus millones de devotos, quienes la asocian con la curación y el tránsito seguro hacia el más allá.