Frank Capone, nacido en 1895, fue una figura temida en los bajos fondos de la Ley Seca estadounidense. Mucho antes de que su hermano menor, Al Capone, se convirtiera en el gánster más notorio del país, Frank ya se había forjado una reputación formidable y lideraba su propia banda en el crimen organizado de Chicago.

Una Diferencia Brutal: La Máxima del Silencio Eterno
La principal diferencia entre los hermanos Capone radicaba en su enfoque de la violencia. Mientras Al Capone se caracterizaba por su pragmatismo y una supuesta preferencia por la negociación antes que el asesinato, Frank operaba bajo una filosofía radicalmente opuesta y mucho más brutal. Su famosa y escalofriante máxima era: “un cadáver nunca protestará o te llevará la contraria”.
Frank era el hermano mayor, y esta posición le otorgaba un gran respeto y una notable influencia sobre Al. Se le atribuye haber ordenado la muerte de al menos quinientas personas a lo largo de su carrera criminal, consolidándolo como un asesino a sangre fría.
El Terror Electoral en Cicero: El ‘Bloody Ballot’
Uno de los episodios más sangrientos que definieron la notoriedad de los Capone tuvo lugar durante las elecciones municipales de 1924 en Cicero, un suburbio crucial de Chicago. Tras enfrentar problemas en su cuartel general en Chicago, Al Capone había trasladado sus operaciones a Cicero, donde él y su banda ejercían un control férreo, creando un entorno más seguro y rentable para sus negocios.

La banda Capone tenía un interés vital en la reelección del republicano Joseph Z. Klenha, quien les garantizaba protección e influencia. La amenaza provino del candidato demócrata, William Pflaum, y su intento de arrebatarle el poder a Klenha. Frank Capone decidió intervenir personalmente, desatando una campaña de intimidación y miedo característica de su estilo.
Asalto y Asesinatos en las Urnas
La violencia comenzó con un asalto a la oficina de Pflaum, que Frank y varios de sus hombres destrozaron para enviar una clara advertencia. El objetivo era asegurar la victoria de Klenha a toda costa.
El día de las elecciones, miembros de la banda de Frank Capone, fuertemente armados, visitaron numerosos puntos de votación. La policía local de Cicero, que operaba bajo el soborno de Al Capone, hizo la vista gorda ante el terror. La jornada se convirtió en una carnicería electoral:
Tres votantes fueron asesinados a tiros en los colegios electorales.
Otro votante fue hallado degollado.

Este violento asalto a la democracia, conocido como el “Bloody Ballot”, subraya la brutalidad implacable de Frank Capone, el gánster que prefería el silencio del miedo y la muerte a cualquier forma de diálogo.
