“Apúrense a desayunar porque si no todos vamos allegar tarde”, se escuchó el llamado de Esther a la tropa familiar, quienes hace apenas unos meses se apresuraban para salir por las mañanas a estudiar y trabajar, pero desde que llegó Donald Trump a la Casa Blanca “los tengo que empujar a que salgan”, comenta Esther, por el miedo que tenemos de ser aprehendidos por la migra.
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Ya sentados a la mesa, todos se miran en silencio con las caras compungidas.
– Luz: “pásame la mermelada”.
– “Ya voy, solo embarro mi pan”, contesta Adrián.
– “No quiero ir a la escuela”, lanza casi en silencio Adrián, el menor de la familia. “Tengo mucho miedo de que me deporten.”
– Nada de eso, “tú naciste aquí en Tucson, eres estadounidense recuérdalo, no te pueden deportar”, le confirma su papá Pepe, al tiempo que va acomodando su lonchera.
– “Miedo el que tengo yo, ayer afuera de Home Depot cayó la Border y se llevó a quince compañeros, yo me salvé porque ya me había ido a levantar una reja a Pima Canyon, que si no ya estaría de patitas en México. Sírvanme más café, por favor”.
El silencio crece, sus miradas se cruzan, Joaquín empuña con rabia el tenedor antes de clavarlo en la salchicha frita recién servida.
– “Pues a nosotros ya nos dijo el patrón que si vemos una camioneta del ICE mejor corramos, nadie tiene asegurado que no lo deporten, hasta a los ciudadanos gringos los quieren correr”, les dice Joaquín al tiempo que le pone miel de maple a su salchicha.
– “Con razón en mi trabajo han estado faltando algunas compañeras, no nos damos abasto para atender las llamadas para ir a las casas a cuidar a los viejitos, hasta en la tele han salido noticias sobre la falta de trabajadores para los cuidados de adultos mayores”, dice Luz mientras al fin unta de mermelada su bagel tostado.
El miedo de las familias migrantes se respira en las escuelas, en los templos, en los hospitales, en las paradas de camión, en los trabajos y en los parques.
– “Sea como sea debemos salir a trabajar y a estudiar”, dice Esther. “Yo también tengo mucho miedo de que alguno de ustedes no regrese por la noche, son 90 días que lleva el loco de Trump en la presidencia y nos tiene aterrados”.
– “A mí me dijo una maestra que a los detenidos les quitan su celular y los meten en un cuarto incomunicados, eso me aterra”, les comparte Adrián, mientras recuerda que no hizo su tarea. “Antes no llevar la tarea me generaba mucha angustia, hoy el miedo que tengo es que no los vuelva a ver”.
– “¡Cállate ya!, mejor termina de desayunar porque tu papá ya te está esperando en la camioneta”.
– “Miedo tenemos todos. Cuídense en la escuela, en el trabajo, en todos lados. Hoy, ya no estamos seguros ni quienes no tenemos papeles, ni los nacidos aquí”.
Profesor del Tecnológico de Monterrey
@contodoytriques