lun. Sep 1st, 2025
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La relación de Pier Paolo Pasolini con la Iglesia católica fue compleja y, a menudo, contradictoria. Por un lado, fue uno de los críticos más incisivos de la institución. Por otro, su obra estuvo profundamente marcada por una visión de lo sagrado y lo religioso que, a su manera, dialogaba con el catolicismo.

​Crítica a la institución

Pasolini veía en la Iglesia católica, junto con el Partido Comunista y la sociedad de consumo, una de las grandes instituciones represivas de su tiempo en Italia. En sus “Escritos corsarios”, por ejemplo, llega a afirmar que se había producido un “pacto diabólico” entre la Iglesia y el Estado burgués.

​Su crítica no se dirigía a la figura de Cristo o a los principios originales del cristianismo, sino a la institución eclesiástica como una estructura de poder. Pasolini consideraba que la Iglesia, al convertirse en una organización temporal, se había alejado de los valores de la caridad y la autenticidad.

Esta postura le valió problemas legales, como el juicio y condena a cuatro meses de prisión por “difamar la religión del Estado” con su cortometraje “La Ricotta” (1963).

La Ricotta

​La visión de lo sagrado y el cristianismo

A pesar de sus críticas, la obra de Pasolini está impregnada de una profunda sacralidad. Esta sacralidad, sin embargo, no era trascendente en el sentido tradicional. Para él, lo sagrado residía en el mundo material, en el subproletariado, en la pureza de los sentimientos, en el mundo rural y en una especie de “religión de la alegría” de la vida.

Su acercamiento a la figura de Jesús de Nazaret es un claro ejemplo de esta dualidad. Pasolini, ateo y marxista, filmó “El Evangelio según San Mateo” (1964), una película que muchos críticos y teólogos (incluidos miembros del Vaticano) consideran la mejor representación cinematográfica de la vida de Cristo. En ella, Pasolini se aleja de una visión institucionalizada y se centra en un Jesús radical, un revolucionario y místico, retratado con un realismo áspero y poético.

Pasolini se sentía atraído por el absolutismo de Cristo y su enfrentamiento a los poderes de su tiempo. En el Jesús del evangelio, el director italiano encontró la santidad y el heroísmo que no hallaba en la política de su época.

En resumen, la relación de Pasolini con la Iglesia católica fue una “guerra de amor”. Criticó ferozmente a la institución, pero su obra demuestra una fascinación innegable por la figura de Cristo y una búsqueda constante de lo sagrado en el mundo, un sagrado que él encontraba en los márgenes de la sociedad, lejos de las estructuras de poder que, según él, la Iglesia había llegado a encarnar.


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Por Vish Fernandez

Columnista en portal de noticias de Guadalajara y CDMX. Gestor cultural, ganador de reconocimientos locales, nacionales e internacionales y promotor de la lectura.

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