El nombre “café americano” se remonta a la Segunda Guerra Mundial.

Según la historia, los soldados estadounidenses que estaban en Italia no estaban acostumbrados al sabor intenso y concentrado del espresso, que era el café más popular en el país. Para hacer la bebida más similar al café de filtro que bebían en su país, comenzaron a pedir que les añadieran agua caliente a su espresso.

Los baristas italianos, en un inicio, empezaron a referirse a esta bebida de forma un tanto burlesca como “café americano”, y el nombre se popularizó. Aunque en un principio pudo tener una connotación despectiva, con el tiempo el nombre se adoptó a nivel mundial y ahora es un término estándar para el espresso diluido con agua caliente.