Hace 60 años el Grupo Popular Guerrillero (GPG) integrado por maestros rurales, campesinos, líderes agrarios y estudiantes, intentó asaltar por las armas el cuartel de Madera, Chihuahua. El GPG era encabezado por Arturo Gámiz García, Pablo Gómez Ramírez, Emilio Gámiz García, Antonio Scobell, Óscar Sandoval Salinas, Miguel Quiñónez Pedroza, Rafael Martínez Valdivia y Salomón Gaytán.
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El asalto se efectuó la madrugada del 23 de septiembre de 1965. Las causas eran acabar con la injusticia económica y social, y la persecución política de varios activistas que buscaban cambiar el “orden” establecido por los gobiernos federal y estatal que beneficiaba a los potentados del estado quienes habían cimentado su riqueza en un sistema de explotación campesina protegido por la clase política encaramada en el poder.
Los sucesos de Madera fueron el inicio de grandes movilizaciones sociales con armas y sin ellas para buscar cambiar el “orden” de las cosas. Arturo Gámiz decía: “llegó la hora de empuñar el fusil, porque es lo único que escuchan y respetan los poderosos, llegó la hora de saber si en sus cabezas penetran las
balas, ya que las razones nunca les entraron”.
La respuesta del gobierno federal no se hizo esperar: la violencia fue la cara del diálogo que se ofrecía desde la presidencia de la República a todos aquellos movilizados fuesen campesinos, obreros o estudiantes.
Con ello, el gobierno mexicano comenzó el periodo de la guerra sucia en el cual persiguió, asesinó, encarceló y desapareció a miles de mujeres y hombres que exigían la democratización de la República.
El asalto en Madera terminó con la derrota del movimiento. Ocho de los guerrilleros fueron ultimados, en la escaramuza también fueron abatidos seis soldados.
El gobernador de Chihuahua, Práxedes Giner Durán permitió actos de violencia contra los cuerpos de los combatientes fallecidos quienes fueron lesionados y exhibidos en la plataforma de un camión maderero por la plaza principal de Madera, posteriormente fueron enterrados en una fosa común del panteón municipal sin permitir la participación de sus familiares.
El gobernador de Chihuahua sentenciaba: “¿Querían tierra?, ¡échenles tierra hasta que se harten!”. Los soldados, en cambio, fueron sepultados con honores.

Hoy, sesenta años después de los sucesos de Madera, el gobierno de la República por medio de un decreto de la Secretaría de Gobernación declaró “Sitio de Memoria” la tumba colectiva de los miembros del Grupo Popular Guerrillero, reconociendo al movimiento como un antecedente de la lucha guerrillera en México y su papel jugado en la democratización de nuestro país.
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