mar. Oct 7th, 2025
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Si hay una historia que define el imaginario popular en México, es la leyenda de La Llorona. Sus desgarradores lamentos, el eterno grito de “¡Ay, mis hijos!”, resuenan en cada rincón del país. Sin embargo, pocos conocen la historia que se esconde tras una tumba en Zacatecas, que, para muchos, es el sitio de su descanso final, o quizá, de su condena.

La Misteriosa Tumba en Jerez, Zacatecas
En el corazón del Pueblo Mágico de Jerez, Zacatecas, dentro del Panteón de Dolores, se alza una sepultura que ha capturado la atención y el escalofrío de lugareños y visitantes. La tumba está coronada por la estatua de una mujer, una figura que, aunque a primera vista podría confundirse con una virgen, revela un rostro marcado por la angustia.

El semblante de piedra parece congelar un profundo dolor, sufrimiento y soledad. Esta representación ha alimentado la creencia popular de que no es otra que la efigie de La Llorona, la mujer que, en un acto de locura, asesinó a sus tres hijos: ahogando a dos en un río y quemando vivo al tercero. Un arrepentimiento tardío que la condenó a una búsqueda eterna, incluso después de la muerte.

El Lamento de la Estatua: El Peligro de Ojos Cerrados
Los rumores que rodean esta tumba son el eco de la leyenda. Habitantes de Jerez aseguran que la estatua no es un mero adorno. Se comenta que se le ha visto llorar, lagrimear, mover sus manos e incluso cerrar los ojos.

Es precisamente este último detalle el que enciende la alarma. Según la creencia local, cuando la famosa estatua cierra los ojos, es señal de que La Llorona ha salido en busca de sus hijos. Los más supersticiosos afirman que, en esos momentos, el silencio del panteón se rompe con los gritos de dolor de la mujer.

La leyenda advierte que cuando el espectro anda suelto por las calles, los niños corren peligro. La Llorona, en su desesperada búsqueda, podría confundir a cualquier menor con uno de sus hijos. Pero al darse cuenta del error, la fantasmal figura se llevaría a los niños para matarlos, repitiendo así su cruel y eterna tragedia.

La tumba en Jerez no es solo un monumento; es un portal físico a una de las historias más oscuras y persistentes de la tradición mexicana. Es el punto donde la historia de un pueblo converge con el terror de un espectro que no encuentra paz.

Otra leyenda dice que: La cripta se encuentra en la Hacienda Siete Reales, ubicada en la carretera Guanajuato- Dolores Hidalgo y fue un monumento construido para que la mujer dejara de atormentar a los pobladores de la zona, quienes sufrían de apariciones constantes.

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Por Vish Fernandez

Columnista en portal de noticias de Guadalajara y CDMX. Gestor cultural, ganador de reconocimientos locales, nacionales e internacionales y promotor de la lectura.

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