El influencer Luis Castilleja, conocido como “El Temach”, está bajo el escrutinio de críticos y expertos que señalan a su movimiento como un potencial grupo sectario, citando un patrón de características que incluyen rituales, una retórica polarizante y técnicas de control emocional sobre sus seguidores.

El fenómeno, que ha captado una base de seguidores, a menudo jóvenes en búsqueda de dirección, ha escalado el debate sobre los límites entre el coaching de vida y las dinámicas de un culto. A continuación, se detallan los principales argumentos esgrimidos por quienes ven en la figura de El Temach una estructura sectaria.
Indicios Estructurales: De la Iniciación al Aislamiento
Los críticos apuntan a elementos que recuerdan las fases de captación y cohesión típicas de grupos sectarios:
Rituales de Iniciación o “Bautizos”: Se han reportado ceremonias informales de iniciación, denominadas coloquialmente “bautizos”, donde los seguidores —autodenominados “machos alfa” o “guerreros”— participan en actos que involucran la simbología y el logo de El Temach. Estos actos son señalados como herramientas de cohesión y afirmación de pertenencia al grupo.

Aislamiento y Reglas Estrictas: El movimiento promueve la adhesión a un código de conducta riguroso sobre el comportamiento y la gestión de las relaciones interpersonales. Los críticos advierten que este sistema de reglas específicas puede incentivar el aislamiento social de los seguidores respecto a círculos que no comparten la ideología del influencer.
Retórica de División y Control Psicológico
La metodología discursiva de El Temach es vista como el motor de la supuesta dinámica de culto:
Polarización “Nosotros contra Ellos”: Su narrativa se basa en una división maniquea entre los “machos alfa” y el resto de la sociedad, a menudo etiquetados como “Simps”. Esta retórica de confrontación (‘nosotros contra ellos’) busca fomentar una lealtad incondicional al grupo y deslegitimar cualquier sistema de pensamiento o crítico externo.

Manipulación Emocional y Culpa: Los expertos señalan el uso de técnicas de control emocional. Inicialmente, se aplicaría un intenso “bombardeo de amor” para generar lealtad. Posteriormente, el discurso buscaría generar culpa en el seguidor por no alcanzar su “máximo potencial” o por desviarse de las directrices del líder, reforzando la dependencia emocional.
Advertencias de Expertos en Salud Mental
Psicólogos y analistas de conducta han alzado la voz de alarma sobre el impacto potencial de este discurso:
Riesgos para la Salud Mental: Se argumenta que el discurso de El Temach puede resultar perjudicial, al fomentar la intolerancia y el odio. Las técnicas empleadas son descritas como una mezcla de marketing agresivo y manipulación, diseñadas para controlar la psique de su comunidad.

Aunque el fenómeno no es catalogado al mismo nivel de peligrosidad que organizaciones como NXIVM o la Cienciología, los críticos insisten en que El Temach replica muchas de las similitudes en la estructura y los métodos de influencia utilizados por grupos de corte sectario.
El Temach, por su parte, ha negado categóricamente estas acusaciones en múltiples ocasiones, defendiendo su labor como un simple coaching para el desarrollo personal masculino.

