Parece que tomar un libro nuevo para empezarlo a leer siempre es un desafío nebuloso y más si se trata de un autor no consagrado o, peor aún, de uno novel.
Vale la pena decir que el secreto de aprender a leer, no es el autor, porque cualquier escritor serio que se ostente como tal, está obligado a tener cierto estándar mínimo de calidad, sino que el peso recae sobre el lector que sabe dejar de ser un sujeto pasivo y se convierte en cómplice de la lectura de una manera aparentemente sencilla, “encontrando su estilo”, y la pregunta es: ¿Cómo encontrarlo?
Bien, después de leer cierto libro que nos haya gustado, buscar más autores parecidos y no dedicarnos a saltar de un género a otro y así sucesivamente, porque corremos el riesgo de perdernos en la marejada laberíntica que suele ser para el neófito la literatura, y más vale ser como en cualquier empresa nueva un poco conservador al principio, a veces la misma casa editorial tiene la costumbre de firmar autores del mismo estilo, o dentro de una misma colección, incluso dentro de una de estas dos vertientes se suelen incluir autores no tan conocidos y se pueden hacer descubrimientos muy agradables.
Otra forma que para mí es la ideal, es conocer más al autor de un libro que nos haya gustado y saber que influencias tiene y buscar los autores que él mismo suele mencionar, suceso muy reiterativo y en menos que el activo lector se lo imagina estará yendo de lo muy contemporáneo a lo clásico guiado ya por su instinto.