Los rectores Enrique Graue y Ricardo Villanueva, e investigadores como Joan Subirats y Silvia Giorguli reflexionaron sobre los retos de las instituciones
Ricardo Villanueva Lomelí se sinceró: el rector general de la Universidad de Guadalajara confesó que todos los días tiene una preocupación relacionada con las universidades, y con la pregunta de cómo estas pueden apoyar a sus alumnos y egresados, especialmente en lo que respecta al campo laboral.
“Mi primera preocupación, y la mayor, es que el mundo sólo hable bajo el lenguaje económico, que no exista ningún otro lenguaje, porque cuando escucho que Google empieza a ofertar cursos académicos me estreso. Cuando veo que un ingeniero tarda cinco años en formarse y después una empresa sólo necesita alguien que sepa programar iOS, y entonces prefiere al que sabe programar iOS, que es lo que necesita, antes que al ingeniero en informática. Entonces, nuestros ingenieros salen más caros y consiguen menos empleos”, dijo Villanueva Lomelí en la charla “El futuro de las universidades en la sociedad del conocimiento” que se realizó en el Salón 3, dentro de FIL Pensamiento.
La charla, que estuvo moderada por Enrique Cabrero Mendoza, contó además con la presencia de Enrique Graue Wiechers, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México; Silvia Giorguli, presidenta de El Colegio de México, y Joan Subirats, ministro de Universidades de España, quien de manera virtual participó en esta mesa de diálogo en la edición 36 de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL).
El motivo de esta ponencia era analizar cómo es que las universidades, instituciones que existen desde hace siglos, se han ido adaptando a las condiciones de vida presentes en una sociedad hipercomunicada y tecnologizada, en la que la velocidad y la posverdad se han convertido en una parte central de la vida diaria.
Subirats, quien por diversos motivos no pudo estar presente en el salón, habló a través de un video (ejemplo de cómo la comunicación está dependiendo cada vez más de estos soportes que se hicieron comunes dentro de la pandemia de la covid-19), explicó que “los cambios a los que está sometida la universidad en este momento son enormes. Por un lado, tenemos lo que significa un cambio esencial en el acceso al conocimiento. Antes la gente viajaba miles y miles de kilómetros para ir a oír a los grandes maestros que estaban establecidos en esos primeros centros, pero ahora, en cambio, ese acceso al conocimiento es mucho más fácil, mucho más sencillo, y eso hará que la universidad pierda probablemente uno de los elementos de centralidad que tenía”, consideró el funcionario español.
El rector de la UNAM, por su parte, consideró que las universidades deben mantenerse con la entrega de títulos, pero buscando formar personas integrales. “Sí es importante formar personas competentes y certificadas para el mercado laboral, ¿para qué mercado laboral? Para el mercado laboral de hoy. O dentro de dos años, todo el mundo sabe que el mercado laboral está cambiando dramáticamente. (…) Tampoco nos engañemos con esto de la certificación de conocimientos que tienen que ser hoy para poder ser empleados (…) ¿Quién progresa en el trabajo? Progresa quien tiene una formación integral”, consideró Graue.
Giorguli, por su parte, expresó su preocupación referente a cómo las universidades tienen los conocimientos, pero falta generar movilidad social.
“Creo que hay otra discusión que cruza los argumentos tan provocadores del rector de la Universidad de Guadalajara como es el de la educación superior y la movilidad social, porque a final de cuentas las instituciones públicas tienen muchos ejemplos de la importancia de la universidad para la movilidad social. Sí creo que es un tema preocupante, tendríamos que estar pensando en diferentes trayectorias”, consideró Giorguli.
Ante este panorama, las universidades tienen que trabajar para enfrentar, al igual que sus egresados, los retos que se generan día con día en una sociedad que cambia a velocidades vertiginosas, dominadas por el lenguaje de la economía y el progreso material.