El timonel argentino Diego Cocca, sorpresivamente fue nombrado nuevo técnico de la selección nacional, hasta el mundial que organizarán Estado Unidos, Canadá y México en el 2026.
La sorpresa no fue por su trayectoria y capacidad, sino que no cumple con el perfil ideal para hacerse cargo de un nuevo proyecto, después del fracaso de lo que fue México en la pasada gestión, eliminado en grupos en Qatar, sin Juegos Olímpicos, sin Mundial Femenil…
El potencial económico de la Federación Mexicana de Fútbol tiene para traer cualquier técnico, sin exagerar, pudo haber sido Mourinho, Ancelotti, Guardiola…el que fuere hay billetes para poderlo contratar, siempre que exista un interés del timonel. México es una selección atractiva, pero no tanto.
El proceso pasado, el técnico elegido fue Gerardo “Tata” Martino, que grandes credenciales, entre otros equipos, dirigió al Barcelona, a la selección argentina; después de un buen inicio con el tricolor, terminó como con los culés y los ches, con fracasos inmensos.
Diego Cocca, empieza a sonar como candidato, cuando Marcelo Bielsa, se niega a ser director deportivo y aclara que le interesa dirigir y que sólo negociaría con Jesús Martínez (presidente del grupo Pachuca), ahora proscrito y marginado de la Federación Mexicana de Fútbol.
Ante la negativa de Bielsa, el candidato que seguía era el uruguayo Guillermo Almada, actual entrenador del equipo campeón, Pachuca; pero otra vez surge el nombre de Jesús Martínez y se le niega el privilegio cuando ya estaba hasta pactado con la dirigencia del Club, una decisión evidentemente política y no deportiva.
Almada ha demostrado su amplia capacidad para convencer a sus jugadores de los proyectos, desde su Tacuarembo y River Plate de Uruguay; así como el Barcelona de Guayaquil, Ecuador; como el Santos Laguna, donde hizo un gran papel; un desencuentro con grupo Orgegui lo lleva con su némesis, el Pachuca, con se corona en su segundo torneo, el primero lo llevó a la final.
El siguiente en la lista era Diego Cocca o Miguel Herrera, este último interrumpido en su proceso por una cuestión extrafútbol, pleito con un periodista con la intervención de su hija, que le costó el puesto.
Cocca entonces se queda como el indicado, un entrenador a modo, con buena relación con la nueva mafia del futbol mexicano, encabezada por Alejandro Irarragorri (la mano que mece la cuna) del Grupo Orlegi (propietario de Santos Laguna y Atlas de Guadalajara).
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Cocca, es muy querido en Guadalajara ya que hizo no sólo campeón, sino bicampeón al Atlas, que tenía más 70 años sin título. Dejó a los rojinegros argumentando que quería dirigir en Europa, pero los millones de Tigres lo convencieron para un nuevo proyecto, comprándole los jugadores que quería para lograr el título. Una clausula de sus contrato que le permitía dejar a los felinos al llamado de un equipo de Europa o una selección, lo que sucedió antes de lo esperado, dejando al club regio como novia de rancho (vestido y alborotado).
El entono no es el adecuado, la Federación Mexicana de Fútbol está muy politizada y dividida. Habrá muchas criticas y poca paciencia para el flamante nuevo técnico nacional.
Veremos.
Hasta la próxima.