Un viejo escenario. Un nuevo funcionario. La misma estrategia. Con esas tres realidades cerramos la semana en Jalisco.
La violenta realidad que vivimos en el estado no es nueva, ni tampoco desconocida por propios y extraños. La presencia de grupos del crimen organizado y cárteles de la droga operando a lo largo y ancho del estado forma parte de la cotidianidad jalisciense.
Se cometen casi dos mil asesinatos por año. Somos el primer estado a nivel nacional en fosas clandestinas. Seguimos buscando a miles de personas desaparecidas, no solamente no las encontramos, sino que a la vergonzosa lista se agregan nuevas personas al paso de los días. El año pasado fueron localizados 109 entierros clandestinos en el estado.
Los robos patrimoniales siguen al alza y muchos de ellos ni siquiera se denuncian por la ineficiencia de las autoridades y la poca confianza que existe en ellas. En Jalisco casi 95 delitos de cada 100 quedan impunes. Las historias que muestran el maridaje entre algunos policías y el crimen organizado son recogidas constantemente por los medios de comunicación y la sociedad en general. Así las cosas, la violenta realidad de nuestro estado es un viejo tinglado.
Para enfrentar y solucionar la violencia y la inseguridad, fue nombrado y ratificado como nuevo fiscal estatal, Luis Joaquín Ruiz, en sustitución de Gerardo Octavio Solís Gómez.
Llama la atención y preocupa que el día de su protesta como fiscal anuncie la continuidad en la estrategia puesta en marcha por su antecesor, y que además considere que la fiscalía ha hecho un buen trabajo, a pesar de los altos índices de violencia en el estado.
Todo ello, a pesar del aumento en el presupuesto que se le asigna para realizar sus funciones. En 2019, se le asignaron dos mil 248 millones 839 mil pesos y para este año creció a tres mil 030 millones 682 mil pesos.
Dado los resultados, el nuevo fiscal no entiende que no entiende el mal trabajo que ha realizado la fiscalía. Si afirma que la intención es que la fiscalía funcione como hasta ahora, es evidente que vive en una realidad paralela al resto de la población de Jalisco y no acepta que la Fiscalía ha quedado a deber en el ejercicio de sus responsabilidades y obligaciones.
A querer o no, el nuevo fiscal del estado y sus declaraciones de continuidad en la estrategia de la dependencia que encabeza no genera tranquilidad en la población, ni menos garantiza que la problemática de la violencia e inseguridad vayan a ser resueltas en el mediano plazo.
Profesor-investigador del Depto. de Relaciones Internacionales, región occidente. Tec de Monterrey.
@contodoytriques