mar. Abr 23rd, 2024
La Paremiología, un estudio del refrán. Parte 5.
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Hasta aquí hemos disfrutado conociendo el significado del refrán como resultado del pensamiento popular y dicho por una comunidad que lo adopta como parte de la lengua, pero no debemos olvidar que los refranes si bien han sido herencia oral, también son parte del discurso escrito.

Acompáñenme a conocer el origen del refrán como estructura escrita.

Vestigios arqueológicos que comprueban la existencia del refrán en culturas antiguas.

“El uso de este tipo de texto escrito que llegará a constituirse como género, está documentado en la historia por los hallazgos arqueológicos habidos en la actual Bagdad desde el siglo XVIII a. C. en la sociedad sumeria y de entre los casi trescientos proverbios sumerios descritos por Kramer (1985: 141) cito uno para todos aquéllos que tienen prisa o esperanza: “Todavía no ha cazado la zorra y ya tiene collar”. Una inspección ligera de las manifestaciones escritas del hecho, revela su uso desde las primeras civilizaciones”.

Así además de los 300 proverbios sumerios están: los preceptos protoindouropeos del Rig Veda conocidos como Sutras, las Instrucciones egipcias del Ptah- hotep, circa 2450 a. C., los de los reyes  Meri- Ka-re y Amen- em-het, la de un simple padre llamado Ani a su hijo. Las conversaciones de Confucio (compiladas por sus seguidores entre 202 a. C.-220 d.C. El libro Proverbios de la Biblia, los gnomai de los 7 sabios de la Antigüedad Clásica Griega: Tales, Bias, Pitaco, Solón, Cléolulo, Misión y Quilón, que expresaron su sabiduría en sentencias y lemas muy breves (Abbagnano: 1206 y 1029).

Como se ve, los proverbios (refranes) tienen su origen en textos de tipo moral o didáctico; se introducen por vía culta en obras de gran difusión; se transmiten por lengua popular y, tras algunas modificaciones quedan acuñados de forma invariable en la lengua, lo que les permite volver de nuevo al texto escrito y a la lengua culta.

Bien dice Pérez Martínez, que el refrán “nació como el último consejo de un padre moribundo que quiere entregar en comprimidos su experiencia”, para convertirse luego en una de las formas literarias más antiguas y una de las primeras formulaciones de la sabiduría popular (Pérez Martínez, 1997: 42).

Respecto al origen del refrán puede decirse mucho y poco a la vez.

Uno de los tipos textuales más antiguos es, sin duda, el de los dichos sapiensales denominados entre nosotros refranes, proverbios, dichos, adagios, máximas, sentencias y aforismos. (Moliner, María. Diccionario de uso del español II).

En cuanto a la antigüedad del refrán ya Kramer[1] ha puesto en evidencia su existencia en las tablillas de Nippur algunos de cuyos textos se remontan al tercer milenio antes de nuestra era. De hechos los textos referidos por Kramer son de dos tipos. Uno de carácter rural…y los que podríamos llamar proverbios sapiensales. Como ejemplo del primer tipo se podría citar el refrán sumero: “todavía no ha cazado la zorra y ya le puso collar”. Este viejo refrán persiste en muchos sistemas textuales contemporáneos. (Pritchard, J., 1955).

En otros de los grandes centros culturales del tercer milenio antes de nuestra era, como en Egipto, abundan las muestras de esta literatura sapiensal.[2] Basta citar las Instrucciones, especie de género didáctico que adoptan la forma de consejo de un padre a su hijo y que, como los futuros proverbios, son aplicables a varias circunstancias. Es decir, tienen un rango contextual variable y amplio Del Egipto del imperio antiguo se pueden mencionar a ese respecto, la Enseñanza de Amenemope, el Canto de la Arpista, el Diálogo de un desesperado con su alma y la Historia del campesino elocuente” (Pritchard).

Fue descubierta la cultura Eblaíta en una zona y en un período donde no había, hasta entonces, vestigios de civilización alguna. Entre el material que en estos diez años se ha descifrado y publicado han aparecido, igualmente, vestigios del género textual que nos ocupa, al lado del abundante material identificado como administrativo. La antigüedad, pues, del refrán está fuera de duda.

Pese, sin embargo, a esta antigüedad y a su, por lo demás evidente universalidad, el refrán no tiene aún un nombre o sistema denominacional que dé cuenta, adecuadamente, de su variedad textual. Los mismos nombres que circulan entre nosotros, mencionados más arriba, no constituyen, en sentido estricto, un sistema. Con pocas excepciones, se intercambian, indiscriminadamente, para referirse vagamente a un género polimorfo que no logran, por tanto, aferrar diferenciadamente. Los escasos connatos de poner orden en ese caos, provenientes, como se verá de mentes teorizantes, no han logrado bajarse de los escritorios, deambular libremente como los refranes, por ese ancho mundo y su variada circunstancia. 

Fecha de origen del refrán 

En algo concuerdan la mayoría de los académicos estudiosos del  refrán, no se puede saber con certeza de donde o cómo surge el refrán; tampoco ha podido fijarse una fecha que les haga saber el tiempo en que fueron gestados o al menos que pudiera darles un indicio de su surgimiento.

En “Reflexiones sobre el origen de los refranes”, La Dra. Rosa María Ruiz cita que “el refrán es la sabiduría de muchos y la agudeza de uno solo” refiriéndose al origen de este.

La Dra. Ruiz en su estudio opina de lo anterior lo siguiente: “Las posibles fuentes u orígenes de los refranes (mawrid al-matal) es una de las cuestiones más arduas dentro de los estudios paremiológicos…puede desglosarse en tres interrogantes: ¿Quién dijo el refrán?, ¿En qué fecha se dijo? y ¿En qué medio surgió? En cuanto a la fecha, es una nebulosa en los relojes del tiempo. Por lo general, se suele desconocer el origen. Del mismo modo que su autor acostumbra ser anónimo.”

Sin embargo, Vicente González Marín apunta que “el refrán en el dominio lingüístico castellano tiene su primera gran floración durante la Edad Media, época en la que el refrán representará una especie de “filosofía vulgar” y que encontrará acomodo en diversos géneros literarios, siendo, a su vez, rechazados por otros (épica, lírica religiosa)”.

Pero llama la atención la referencia que en su discurso da la Dra. Báez-Ramos cuando brevemente dice del origen del refrán lo siguiente: “Tal como figura en el programa del Congreso, vengo a hablarles del refranero. No olvido su universalidad, pero me centraré, en esta ocasión, en el español peninsular, de donde partiera, en épocas de expansión, no sólo hacia tierras americanas sino, en boca de sefarditas, hacia orillas de otro mar nuestro”.

Gracias por haber leído nuevamente este artículo, los espero la próxima semana, con más sobre el origen del refrán.


[1] Samuel, Noah Kramer. “La historia empieza en Sumer, 1985, pp. 135-149, Barcelona, Orbis.

 


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