Parece que la cobija no alcanza contra la pobreza. Se tapa un lado y destapa otro. Se mejora en un terreno y se cae en otro. Los programas sociales arrojan buenos resultados en unas áreas y muchas dudas y malas cuentas en otras.
El día de ayer el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) dio a conocer los resultados del combate a la pobreza en México. De manera general apareció una contradicción que refleja la realidad de nuestro país: disminuyó la pobreza y aumentaron las carencias en algunas áreas. Veamos los datos.
Entre 2020 y 2022 la cifra de personas en situación de pobreza se redujo 8.9 millones, se pasó de 55.7 millones en esa condición a 46.8 millones. La pobreza extrema disminuyó de 8.5 a 7.1 por ciento.
Esto significa que dejaron de estar en esa clasificación 1.7 millones de personas, debido a que en 2020 eran 10.8 millones y el año pasado fueron 9.1 millones.
La población en pobreza moderada pasó de 35.4 por ciento a 29.3. La población no pobre y no vulnerable aumentó 3.6 puntos porcentuales en el intervalo referido; pasó de 23.5 por ciento a 27.1.
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Es decir, 5.1 millones de personas mejoraron sus ingresos y no experimentaron ninguna de las seis carencias que mide el Coneval: rezago educativo, ausencia de acceso a servicios de salud, falta de seguridad social, no tener posibilidad de vivienda y en caso de tenerla que ésta carezca de calidad y espacios adecuados y no se cuente a una alimentación nutritiva y de calidad (La Jornada, 11 de agosto de 2023).
Multifactores
El resultado de los datos anteriores son consecuencia de una situación multifactorial que cruza necesariamente por:
- Alza del salario mínimo
- Incremento en general de los ingresos laborales
- Remesas y transferencias monetarias directas a los beneficiarios de los programas sociales, sobre todo del gobierno federal
- Programas sociales existen en los tres niveles de gobierno.
La otra cara de la moneda es el porcentaje de población con carencias sociales que pasó de 43.9 a 36.3 por ciento. En el periodo evaluado se incrementaron sustancialmente dos carencias: el acceso a la salud y a la seguridad social.
En la primera se pasó de 16.2 a 39.1 por ciento entre 2018 y 2022, es decir, son 50.4 millones de personas en esa situación.
En cuanto al rezago educativo, el porcentaje de la población en esta condición pasó de 19 a 19.4 por ciento, es decir, 25.1 millones de personas (El Universal, 11 de agosto de 2023).
Desde hace décadas los gobiernos destinan grandes cantidades de recursos para diseñar y poner en marcha programas sociales encaminados a terminar con la pobreza, la marginación y la vulnerabilidad en la que viven millones de mexicanos.
A pesar de las carretadas de recursos, no dejaba de llamar la atención la relación inversa que se generaba con todo eso: a mayor cantidad de recursos destinados para acabar con la pobreza, mayor era el número de pobladores en esa situación.
Hoy en día, según los resultados del Coneval, la situación está cambiando, es decir, los millonarios recursos destinados para mitigar la pobreza está dando mejores resultados.
Sin embargo, al laberinto de la vulnerabilidad y la marginación en la que millones de mexicanos sobreviven aún no se le encuentra la salida.
En ese sentido, se impone un análisis serio de los aciertos y errores en las políticas sociales que permitan hacer lo necesario para que la cobija tape a más personas sin que eso signifique descobijar a otros.
Profesor del Tec de Monterrey
@contodoytriques