Ante la crisis que viven las Chivas, acumulan seis partidos sin ganar, después de un arranque prometedor truncado por el descanso para la Legues Cup (Liga Mx vs MLS) que duró un mes, cuando se pensaba que estaba para cosas grandes.
La bipolaridad que caracteriza a la afición de Chivas se ha hecho más que evidente durante este bache por el que pasa el “Rebaño Sagrado”, en lugar de un voto de confianza al entrenador Veljko Paunovic, quien nada menos que los llevó a la final y muy cerca de obtener su novena estrella en el escudo y que por cosas del destino no pudo conseguir al caer hacer unas cuantas semanas ante el equipo de Tigres.
El equipo es el más popular de México, aunque Televisa quiera meternos con “aguja hipotérmica” al América. Las Chivas son del pueblo, auténticas, juega con puros mexicanos (“Viva México ca…). Donde se para cuenta con mucha afición, en una palabra, el pueblo se siente identificado con el Guadalajara.
En aquellos tiempos de los 70´s y 80´s, se decía que el perfil del mexicano era: Guadalupano, Priista y Chiva.
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Los tapatíos cuentan con millones de seguidores en México y en la población mexicoamericana en Estados Unidos, es la afición, indudablemente la más popular, el amor que sienten a las chivas es ilimitada y siempre fiel.
La afición de Chivas tiene un gran amor al “Rebaño Sagrado”, pero no es incondicional y son más interesados que los del propio odiado rival, el América.
La afición de Chivas no está con el equipo en las buenas y en las malas, es interesado, es decir, cuando gana visto mi playera, presumo, voy al estadio, pero cuando pierden, como ahora, muchos aficionados dejan de apoyar, de ir, abuchean a quien hacer unas semanas vitoreaban.
En el mismo partido pasan de los abucheos al famoso: “Chivas…Chivas”. Sigo sin entender esta actitud bipolar de los famosos “chivahermanos”, para ellos no hay medias tintas o son los mejor o son lo peor.
Es importante que una afición exija al equipo, pero en el estadio, gritando y aplaudiendo, lo que es un apoyo, un amor incondicional, aquel que no espera nada y que todo lo da.
Fue triste ver cómo la mayoría de la afición de Chivas, abandonó el estadio Akron antes de que terminara la final, debieron quedarse y aplaudir, reconocer el esfuerzo del equipo para llegar a la final, con un equipo de plantel limitado, que le da jugar sólo con mexicanos.
He presenciado una final en Tigres, que perdió y que sin embargo media hora después de haber perdido el trofeo, la afición seguía sin irse del estadio, llorando y vitoreando a su equipo, agradeciendo las satisfacciones que pueda darle, cantaron toda la noche.
La afición, los “chivahermanos” deben de reflexionar y cambiar su actitud y ser más razonables que impulsivos, para que un día, como en el estadio de Tigres, en la entrada diga: “Por Aquí Pasa La Mejor Afición de México”.