En días recientes, una de las noticias que le ha dado la vuelta al mundo, es la guerra entre Israel y Hamás. La muerte, sufrimiento, desprecio e indiferencia son realidades evidentes de este conflicto. En el mejor de los casos, algunos humanos de otros países alzan la voz ante estas realidades que sufren otros humanos, en especial en la zona de Gaza.
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Esta protesta requiere, en buena medida, rebasar las fronteras de la nacionalidad y pensar la alteridad, el Otro humano. En efecto, esta guerra que padecen inocentes es horrible. Sin embargo, estas realidades barbáricas no solo las padecen humanos.
Animales no humanos
Existen unos Otros, como son los animales no humanos, que experimentan todos los días una guerra que la industria ganadera ha mantenido durante por lo menos dos siglos contra ellos. Dentro de los campos de concentración de esta industria, la vida misma, para millones de animales, se torna infernal.
Lo anterior es relevante debido a la justificación del sufrimiento de los animales en los gritos de batalla en la guerra Israel-Hamás.
Hace unos días, el ministro de defensa israelí Yoav Gallant declaró: “estamos luchando contra animales”. Esta afirmación no es superficial. Tiene al menos dos significados en su mensaje: primero, que los animales son despreciables y, segundo, que se les puede causar la muerte más horrible.
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El uso del lenguaje bélico no es inocente. Nadie podría negar que este supuesto, puede, plenamente justificarse cuando la mayoría de los humanos a nivel mundial aceptan, minimizan o invisibilizan los distintos agravios cometidos todos los días contra millones de animales no humanos dentro de las granjas industriales, esto, por el simple hecho de ser “animales”.
A su vez, el alcalde de la ciudad israelí de Sderot, Alon Davidi afirmó que los líderes de Hamás “son animales a los que hay que hacerles daño y matar”. Nuevamente se evidencia el desprecio por lo animal y efectivamente podría justificarse, esta afirmación, mostrando los agravios crueles que conlleva el actual consumo de animales bajo la ideología de que fueron hechos para ser matados.
Por otra parte, estas dos afirmaciones tienen eco en algunos habitantes de Gaza, por las evidentes consecuencias negativas que traen consigo. Se defienden bajo sentencias como: “No somos animales, no estamos en un zoológico, somos seres humanos”.
Es evidente que lo animal es supuesto de desprecio para ambos bandos y que está “justificada” a nivel global la irrelevancia o indiferencia de la muerte o sufrimiento de los animales no humanos que son utilizados para fines o caprichos humanos.
Los animales que se han encontrado en los zoológicos durante un conflicto bélico han padecido muerte, dolor y sufrimiento, bajo una general indiferencia por parte de los humanos. Durante la Segunda Guerra Mundial, murieron casi 4 mil animales que se encontraban encerrados en el zoológico de Berlín a causa de los bombardeos.
Para la gran mayoría, este dato es irrelevante, pues supone que la vida de los animales no importa. De esta manera tiene sentido el rechazo inmediato de los palestinos para no ser nombrados como animales, pues esto se traduciría en un real desprecio por sus vidas como sucede todos los días en contra de los animales no humanos.
La gran mayoría de humanos acepta, promueve o es indiferente del encierro, hacinamiento, privación de suministros de alimentos, agua, atención médica, mutilación o muerte de millones de animales, simplemente porque no pertenecen a nuestra especie.
Se comprende que ante esta situación algunos habitantes de Gaza enfaticen: “estamos sufriendo por no tener nada, ningún alivio”.
Efectivamente es la realidad que millones de animales no humanos sufren, les negamos libertad, crear lazos de afectividad o cariño hacia sus crías, se las matamos y las nombramos como lechones o terneras, les privamos de suministros de comida que evolutivamente requieren y los engordamos con otros “alimentos”, los despojamos de sus territorios, esto es, los dejamos sin ningún alivio.
En suma, para ser solidarios con la gente inocente de Gaza y protestar contra esa guerra, hace falta rebasar las fronteras de las naciones y apelar a Otro humano; pero también, para comprender y protestar ante la guerra contra los animales, es necesario rebasar las fronteras de lo humano, pensarnos como Otros animales y por ningún motivo aceptar forma alguna de desprecio ante estos.
Fuentes:
BBC News Mundo:
https://www.bbc.com/mundo/articles/cprx1wnyq11o
Los zoológicos más antiguos del mundo:
https://www.tiqets.com/es/blog/oldest-zoos-in-the-world/
Me resulta muy interesante este artículo, aunque es un interés que me angustia, que me da cierta tristeza. Comprendo que no sólo es el lenguaje sino de que, de ello emana o cuando menos habla de la inhumanidad que nos habita cada vez más. Por otro lado, me hace reflexionar que nos alejamos cada más de la compasión, ya no sólo entre animales humanos. Que no perdamos la brújula que nos guíe en nuestro proyecto humanizador, que sin duda incluye a los Otros, con los que tenemos deudas pendientes.
El desplazamiento forzado por la brutalidad no conoce de especies, estos individuos manejados por el mal hicieron la locura de secar Ríos y cuerpos de agua dulce para cercar a toda forma de vida en Gaza, Palestina; y con este desprecio que muestran por los Animales y cualquier forma de vida se confirma que cualesquiera que sean capaces de hacer eso a los Animales son capaces de hacer crímenes contra la humanidad y el planeta mismo.
Es muy cierto lo que dice la autora. Los criaderos de pollos o las “granjas” en donde se crían vacas, puercos y otros animales “de consumo”, son verdaderos campos de concentración. Se les quita toda la dignidad a los animales y se les trata peor que objetos. Los tiene en espacio tan reducidos que no se pueden ni mover. Ni siquiera se tiene un poco de compasión por ellos. El momento de su muerte es todavía peor porque se les mata con mucha crueldad y hasta sadismo. No hay ningún tipo de respeto para ellos, seres afectivos, sintientes y muy nobles por naturaleza. Es terrible lo que hacemos como especie.
Excelente artículo y reflexión.
Disfruto mucho los textos de Nely Lucano, este en particular, apunta a un tema muy viejo y, al mismo tiempo, muy actual, es decir, la guerra. Cualquier conflicto bélico es muy lamentable, no obstante, los animales no humanos también han sido víctimas de las acciones humanas. Son pocas las páginas en redes sociales que han dado cobertura a la situación de los animales en pleno estallido de bombas o momentos después cuando hay niños corriendo o quitando escombros desesperadamente para sacar a sus gatitos o pajaritos de las ruinas. Tal vez, es en la niñez en donde radica un poco de esperanza para olvidar si se es parte de un bando o de otro para visibilizar a los animales no humanos.
Es un sentimiento difícil de aceptar, pero lo que Israel hace en Hamás, es lo que le hacemos a los demás animales. Lo que Israel hace está penado por la ley, lo que le hacemos a los demás animales está permitido y promovido por la ley y todos los gobiernos.