vie. Abr 26th, 2024
fiestas navideñas sufrimiento animalFoto: Igualdad Animal México
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Como cada fin de año, durante las fiestas navideñas la repetición sistemática del horror, dentro y fuera de las granjas industriales, se hace presente para millones de animales. La ausencia o negación de sentir emociones éticas por parte de los humanos es base para llevar a cabo y normalizar este horror.

Esta ausencia o atrofia mental se ha diseñado bajo la suposición de que las emociones éticas humanas son decadentes a la hora de tratar temas relativos a disciplinas económicas, técnicas o culinarias que implican el uso de animales no humanos.

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Es importante aclarar que la emoción ética humana, implica tanto a la sensibilidad como a la razón. Una de sus más notables características es el reconocimiento de la Otredad, esto es, de otros seres capaces de ser dañados física y/o psíquicamente.

La Otredad se presenta, como bien lo señaló Emmanuel Lévinas, irrumpiendo en nuestra existencia, se asoma con su propia luz, se presenta como verdaderamente otra que no está constituida sola y únicamente por la razón, porque la Otredad es independiente de mi idea o concepto del otro, racionalmente hablando.

En otras palabras, no se le puede, simplemente cosificar a las u otros por medio de conceptos para adueñarnos, explotar o comernos su corporeidad. Se reconoce la Otredad cuando somos capaces de identificar en su rostro, en su mirada o en su representación, la necesidad de justicia.

Este reconocimiento se traduce en un reclamo de atender su situación. El sufrimiento animal innecesario y sistemático, en estas sociedades industriales, es y debe ser, razón suficiente para aceptar hacernos cargo de un reclamo que debió subsanarse desde tiempos antiguos en las civilizaciones que presumen de humanidad.

En las sociedades capitalistas en que vivimos, la emoción ética queda indiferente al dolor y sufrimiento animal y por eso, parafraseando a Theodor Adorno, nuestra relación con los animales “es una expresión del proceso de embotamiento” en marcha.

Además, el prejuicio e ideología basados en el humanocentrismo imperan todo el año, pero en estas fechas se hace más absurdo. Los cánticos de paz y amor son una burla que ni el sentido común más elemental puede soportar ante las escalofriantes cifras de masacres de animales y todo para producir mercancías demandadas en estas falsas fiestas de cánticos, sermones o deseos de paz y amor.

Una masacre es un crimen premeditado donde las víctimas son numerosas y están indefensas. En el caso de los animales no humanos se añade otro agravante: son inocentes.

Pero como en toda normalización de la violencia no hay lugar para los juicios cognitivos, éticos y estéticos que requieren de la emotividad ética, las masacres de animales y su sufrimiento pasa inadvertido en estas fechas.

La ausencia de estos juicios es evidente cuando no se toman en serio las investigaciones sobre la sintiencia, afectividad y conciencia animal, cuando nuestras acciones ante los animales, no tiene por compañera la benevolencia o cuando las millones de toneladas de cuerpos mutilados, de secreciones lácteas y de productos que contienen en su interior un embrión que nunca nacerá (huevos), son incapaces de provocar desagrado en el “consumidor”.

La mentira va más allá de la hipocresía, porque ella sabe o intuye de la violencia, el dolor o sufrimiento que se requiere para llenar las neveras, hornos, parrillas, mesas y estómagos, en estas fechas. Una vez más, el verdugo vuelve a vencer.

Y aunque esta vida falsa, que viven millones de humanos es incapaz de pensar mundos mejores y sirve a lo injusto bajo el supuesto de que “las cosas son así” y por tanto no podemos cambiarlas, unos cuantos, ahora, seguirán combatiendo la mentira que justifica la injusticia indecible y horrible que experimentan millones de animales que nunca volverán a existir, porque ellos/as fueron y son únicos/as e irrepetibles.

En estos tiempos, de masacre animal, es imposible desear felices fiestas cuando miles de millones de humanos participan de la mascare, horror y barbarie ante las víctimas más inocentes de nuestras sociedades: los animales no humanos.


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Por Nely Lucano

Licenciada y Maestra en filosofía, doctora en humanidades por la UdeG, académica del CUCSH, directora del proyecto "Animales y Praxis" y Encargada de Enlace Académico de la ONG Igualdad Animal México.

3 comentarios en «Fiestas navideñas: masacre y sufrimiento animal»
  1. El mensaje de estas fechas es supuestamente de paz y amor, cuando en realidad se basa en el sufrimiento y muerte de millones de animales. No necesitamos animales en nuestros platos para festejar.

  2. A pesar de que sigue el infierno en la tierra contra los animales, más gente razona y se vuelve vegetariana o vegana, y hacen sus cenas libres de crueldad y sangre, por una verdadera Navidad de amor, compasión y Paz, ¡Feliz Navidad vegana y año nuevo veggie!

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