De cara a las elecciones en Estados Unidos la población migrante mira con preocupación y temor el “Proyecto 2025” elaborado por la Fundación Heritage, que, aunque criticado por Donald Trump, se observa como una realidad que podría convertirse en una espada de Damocles sobre la cabeza de los migrantes “sin papeles” en caso de que el republicano llegue a la Casa Blanca por segunda vez.
Incluso, la misma Kamala Harris ha comenzado a cambiar parte de su discurso acerca de fenómeno migratorio y muestra su inclinación por mantener vigente la política del gobierno de Joe Biden para atender el fenómeno en cuestión.
Al menos en la entrevista que dio Harris a CNN esta semana dejo de mencionar el acuerdo bipartidista para entender la migración e insistió en la seguridad fronteriza como una de sus prioridades en caso de llegar a la Oficina Oval. De la regularización de millones de personas en Estados Unidos no dijo nada.
Algunas organizaciones civiles que trabajan con migrantes han señalado que los riesgos que traería el Proyecto 2025 cruzan por deportaciones masivas, cambios en el sistema electoral, afectaciones a la economía, ataques a los derechos alcanzados a través de los sindicatos, incluso afirman que la estrategia
de la derecha es desmantelar los sistemas que han logrado empoderar a los grupos más desfavorecidos.
Por otro lado, la pinza contra los migrantes continúa cerrándose desde otros frentes. El juez J. Campbell Barker se pronunció y actuó en consecuencia contra el programa Keeping Families Together, que pretende abrir el camino a la ciudadanía a personas “indocumentadas” casadas con estadunidenses.
La decisión de juez va en contra de la disposición de la administración Biden en junio pasado para
mantener unidas a las familias que se encuentren bajo un estatus migratorio mixto.
Asimismo, el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, informó que ampliará el tamaño de la barrera de boyas dispuestas en un tramo del río Bravo, como parte de su estrategia para frenar la migración “ilegal”.
Aunque su decisión depende de la luz verde que obtenga de un tribunal, lo que se adelanta en los
corrillos políticos texanos es que Abbott conseguirá la autorización deseada para seguir adelante con su proyecto denominado Operación Estrella Solitaria que lo presume como la mejor manera de disuadir la migración “sin papeles”.
El muro de boyas ancladas en hormigón se extiende aproximadamente a lo largo de 300 metros entre Piedras Negras y Eagle Pass, uno de los puntos más concurridos para cruces fronterizos irregulares.
Sin duda, las opciones electorales de los migrantes con o “sin papeles” no se significan como el mejor escenario para desarrollar su vida allende el río Bravo.
A menos de setenta días de la cita en las urnas, Kamala y Donald no parecen tener como uno de sus ejes de gobierno una política migratoria a favor de los millones de “indocumentados” que diariamente aceitan la maquinaria económica estadunidense.
Profesor del Tec de Monterrey
@contodoytriques