Hace más de 25 siglos en La República, Platón reflexionó sobre la justicia. Hoy el concepto, sigue desempeñando un papel clave en la moral, el derecho y la política.
Uno de los problemas centrales de las teorías de la justicia es la desigualdad. Esta provoca daños en aquellos que son despreciados por carecer de características consideradas sustanciales para ser incluidos en el círculo moral y/o jurídico.
Es sabido que entre humanos la discriminación por sexo, color de piel, etnia, capacidad cognitiva o edad, en materia moral, resultan inaceptables por ser estos meros hechos bilógicos.
Lo relevante es nuestra capacidad de padecer dolor y sufrimiento. Lo injusto en el caso de la desigualdad entre humanos y no humanos es que se ha justificado arbitrariamente en otro hecho biológico: la especie.
Una vez que aceptamos que un animal es capaz de experimentar dolor y sufrimiento, entonces tenemos las bases para condenar cualquier práctica humana que de manera innecesaria y caprichosa cause daño.
Nuestra cultura es resultado de un pasado terrible, enfatizó Max Horkheimer, porque había sido adquirida a través del sufrimiento de otras incontables criaturas no humanas. Esta adquisición tiene todo el aspecto de ser un problema de justicia.
Se podría argüir que la justicia se debe sólo a aquellos que son capaces de dar justicia, y que a los animales solo les debemos actos de compasión.
Sin embargo, tenemos deberes de justicia hacia niños pequeños y altos deficientes mentales, cuando los incluimos en la protección moral y jurídica, aunque estos no tengan el sentido de justicia.
Si bien, los buenos sentimientos de compasión llevan a muchas personas a cuidar a los animales, esto no basta, pues la compasión se torna un ejercicio particular y privado.
Para que estos actos transiten a la justicia se necesita de la acción política y la denuncia en los espacios públicos.
La justicia que les debemos a los animales no humanos debe ser conforme a la ley moral, entendida como el fundamento de determinación de nuestras acciones para evitar dañar a los animales en nuestras relaciones cotidianas o accidentales.
Pero también, a la ley jurídica, que debe reconocer a los animales como sujetos capaces de derecho y coaccione las conductas humanas que caprichosamente se aferran en mantener vigente el pasado terrible de esta cultura edificada en el sufrimiento animal.
Gracias por alzar la voz por los animales. Es necesario que se fortalezca un sistema judicial para castigar severamente cualquier forma de violencia contra los animales.
¡Excelente columna! Gracias Nely y Despertador Americano por difundir esta información que estoy seguro nos hace mucha falta comprender en la sociedad, sería el fin de muchos males! A poner nuestro granito de arena para contribuir a un mundo mejor.
👏🏽👏🏽👏🏽 Es necesario seguir discutiendo sobre la justicia interespecie.
Considero que es inconcebible las prácticas humanas hacia los animales, no entiendo lo que pasa en la mente de los humanos hacia este trato por el hecho de realizar prácticas, y me preguntó porque no hacerlo con seres humanos tal cuál.
Completamente de acuerdo, tenemos obligaciones morales con los animales no humanos. No podemos seguir ignorando el hecho de que son seres complejos capaces de experimentar una amplia gama de sentimientos y emociones.
Magnífico aporte. ¡No más especismo!
La verdadera justicia no distingue entre especies. Muy acertado este artículo.
Como seres sintientes, merecen todo el respeto y leyes que legislen sobre su bienestar. Es muy importante considerarlos porque del futuro de ellos depende mucho el de nosotros.
Excelente aporte, es necesario visibilizar temas de esta índole, para hacer foco no solo en los animales humanos, requerimos ampliar nuestra visión para poder hacer conciencia de que existe una gran cantidad de animales no humanos que requieren nuestra atención.
Felicidades y muchas gracias por este gran aporte.