dom. Nov 24th, 2024
comer sin glisofato crueldad animal
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En las últimas décadas existe cierto interés sobre los daños que causa, principalmente a la
salud humana, el uso de pesticidas sintéticos para el cultivo de transgénicos. El uso de estos se ha incrementado en todo el planeta a pesar de que distintas investigaciones han alertado sobre los peligros que conlleva el uso de algunos tóxicos como el glifosato.

De acuerdo con la FAOSTAT países como Ruanda, Etiopía o Sudán aumentaron más de seis veces el uso de plaguicidas. Con lo que aumentó también la producción de algunos cultivos como soja o maíz
trasgénicos.

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Esta misma organización estima que a nivel mundial se produjeron el año que concluyó, 370 millones de toneladas de soja y mil 210 millones de toneladas de maíz.

La proliferación de cultivos transgénicos y el uso de tóxicos como el glifosato, se ha cuestionado en no pocos países por quienes defienden las formas tradicionales de cultivar alimentos. Se argumenta que los transgénicos ponen en riesgo la soberanía alimentaria de los pueblos y enferman a la gente.

Estas luchas, dirigidas principalmente por mujeres y hombres del campo, tienen sin duda razón cuando cuestionan que el mundo de los transgénicos prioriza, por un lado, una forma sintética de alimentarse y por otro, hacerlo con los cuerpos de otros animales que se producen industrialmente.

En efecto, resulta cuestionable que al rededor del 77% de las tierras agrícolas del mundo están destinadas al cultivo de piensos para el ganado y no para alimentar a humanos.

Como se impone con la producción ganadera una gran demanda de “carne”, huevo y leche, se exige una sobreproducción de animales en granjas industriales intensivas que se crían con forrajes como soja y maíz transgénico que beneficia a los distintos productores de pesticidas como Syngenta, Bayer o Corteva; de cultivos transgénicos como Purina o Monsanto; y de “carne”, leche o huevo como Red Cárnica, Tyson, Cooperativa colombia, Nestlé o Bachoco.

Aunque en el 2020 el gobierno mexicano emitió un Decreto para sustituir y prohibir gradualmente el uso de glifosato y la importación de maíz transgénico para el consumo humano, no ha tomado en consideración que una buena parte de la alimentación mexicana está basada en comer animales y lo que producen estos, alimentados con los mismos productos que pretende prohibir.

maiz transgenico
Maíz transgénico prohibida su importación a México

Esto es, la salud humana que el gobierno mexicano pretende cuidar continúa en riesgo porque el rescate de cultivos nativos como el maíz no supone recuperar las “dietas tradicionales” basadas principalmente en cereales y otras plantas, sino solo evitar que los humanos consuman transgénicos, pero seguir con el colosal consumo de los cuerpos de otros animales y lo que estos producen “engordados” con transgénicos.

Las patologías ocasionadas por el alto consumo de grasas y proteínas de origen animal, como diabetes, obesidad, problemas cardiovasculares o cáncer de colon no son consideradas por las instituciones gubernamentales como parte de una política pública para limitar el consumo de animales en el marco de las normas para prohibir el uso de glisfosato y transgénicos en algunos cultivos.

Por lo anterior argumento que, el interés por nuestro derecho a la salud, requiere ir más allá de prohibir el uso de glifosato en el maíz que comemos.

Es necesario hacerse responsable y dejar de encubrir o ser cómplice de quienes provocan estas enfermedades y, sobre todo, de los causantes del sufrimiento de millones de animales, del daño a los suelos, el agua, aire y bosques: los magnates de la industria cárnica.


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Por Nely Lucano

Licenciada y Maestra en filosofía, doctora en humanidades por la UdeG, académica del CUCSH, directora del proyecto "Animales y Praxis" y Encargada de Enlace Académico de la ONG Igualdad Animal México.

5 comentarios en «Comer sin glifosato…y sin crueldad animal»
  1. Muy cierto, la mayor parte de las tierras cultivables están destinadas a la ganadería y producción de forrajes, cuando bien podrían ser utilizadas para alimentarnos directamente bajo un esquema basado en plantas. Más aún, esas áreas podrían mantener vegetación natural (e. g. bosques, selvas, matorrales). Sin duda, hace falta reformar el sistema alimentario, en vez de recurrir a intoxicar los suelos y el agua para aumentar insosteniblemente el rendimiento de los cultivos.

  2. Interesante reflexión sobre nuestro modo moderno de alimentarnos. El mercado sigue llevando la delantera en muchas esferas de la vida pública y privada. Aunque vale mucho hacer nuestros y propongar otros modos de acceder a los alimentos, aún veo cómo lograr un impacto en las conciencias de tantas personas que les lleve a replantearse su estilo de vida (que incluye alimentación basada en carne animal). Gracias Nely, por tu reflexión y aliento.

  3. Este artículo merece difusión máxima en cualquier círculo de estudio y entre todos aquellos a quienes les preocupa el medio ambiente o, por lo menos son conscientes del problema que enfrentamos. No se puede estar preocupado por el medio ambiente sin considerar el daño que provoca la cría de animales para ser convertidos en alimento de humanos. Como siempre, la Dra. Lucano nos entrega un texto excepcional, cabalmente estructurado y con una integridad académica que merece un enorme reconocimiento.

    Gracias por este artículo.

  4. El glifosfato es una sustancia altamente tóxica que se sigue utilizando en la agricultura. Siempre prevalecen los intereses de las grandes compañías por obtener una mayor cantidad de dinero. No tienen ética ni responsabilidad. Lo que hacen es criminal.
    Igual pasa con los transgénicos. Están alterando genéticamente a las plantas que utilizamos para alimentarnos y esto podría tener un resultado terrible para la naturaleza. Están contaminando con su polen a los vegetales y frutos nativos. Es un error que nos costará muy caro.Gracias por el trabajo de la Dra. Nely Lucano. Siempre muy sensible, claro y acertado.

  5. Excelente investigación, siempre es necesario pendar que hay mas allá de los productis aparentemente saludables
    Nunca será bueno alimentarse del sufrimiento

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