Atlas sin su dosis de dramatismo, y en medio de la polémica por decisiones arbitrales, logró su segundo título consecutivo, después de más de 70 años de sequía, venciendo 3-2 a los Tuzos del Pachuca.
QUE DE LA MANO… 😍❤️🖤 pic.twitter.com/MyON0EiJgh
— 🎖Atlas🎖FC🎖 (@AtlasFC) May 30, 2022
Está en su ADN, los rojinegros no saben, no quieren o no pueden ganar, ya no digo un título, un partido, sin que exista un dosis de dramatismo, sólo los aficionados a este equipo, hazmereir de los “Chivahermanos”, objeto de burlas constantes, sobajados durante mucho tiempo, saben lo que es.
Les hizo justicia la revolución y ahora tienen dos títulos consecutivos, que en torneos cortos sólo Pumas (de Hugo Sánchez) y aquel emblemático León lograron esta hazaña.
Todo parecería, que una vez eliminado Chivas, humillados en la cancha por el Atlas en cuartos de final, por ser paisanos, apoyarían a los de casa; por supuesto que NO, al contrario rezaban para que los “zorros” no fueran campeones, apoyaron, primero a los Tigres en los cuartos de final y al Pachuca en la final.
Los aficionados de Chivas lloraron, pero no de gusto, sino de coraje, no sólo los eliminaron sino que fueron campeones.
“Sorpresas te da la vida…la vida te da sorpresas”, versa la canción de “Pedro Navajas”, magistralmente cantada por Rubén Blades y así pasó, cuando los Chivahermanos pensaban que se había acabado la burla de los rojinegros con otro campeón, pues se tendrá que aguantar otros seis meses…quizá hasta más.
Mientras que en la madriguera del Atlas, nadie quiere despertar, en el corral del rebaño sube la presión, jamás, bueno cuando menos en los últimos 70 años, no habían vivido una situación de estas.
Los Chivahermanos no son tan fieles como el Atlas, acostumbrados a las derrotas y al amor incondicional; al contrario, son los que chiflan a su equipo y a los 15 minutos ya los están aplaudiendo.
Decía mi abuelita que el horno no está para bollos y seguramente que el próximo torneo, el apertura 2022 se incrementará la rivalidad de los dos equipos, ya que poco a poco el Atlas va recuperando su afición, dormida durante 70 años.
El arbitraje: el prietito en el arroz
El partido de vuela de la gran final del torneo clausura 2022 entre Pachuca y Atlas en el estadio Hidalgo, fue una digna final, entre los dos mejores equipos del torneo, el único factor que desentonó fue el arbitraje, encabezado por el joven Fernando Hernández, quien no estuvo a la altura de una final.
Sigo odiando el Var, pero esta vez fue el que dirigió el partido, ya que Fernando ni por enterado se dio de las jugadas claves y se equivocó mucho en sus apreciaciones y Pachuca está muy molesto con su actuación; lo cierto es que se equivocó para los dos lados.
Lo que inicia mal.. así pasó el domingo en el estadio Hidalgo. Es en serio que no servían los aparato de intercomunicación, cuando tuvieron toda la tarde y parte de la noche para probarlos, ¿qué estaban haciendo?, el partido inició retrasado.
Pero el ridículo fue peor, cuando en el segundo tiempo pasó lo mismo, retrasando la reanudación del cotejo.
Parece algo insignificante, no lo es causa problemas para todos, al cuerpo técnico y jugadores les produce ansiedad, a la afición molestias y a las televisoras tiempo muerto.
En la próxima edición hablaré de las trasmisiones de televisión.
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