Al escuchar la palabra “imprenta”, quizá venga a nuestra mente la imagen de un oficio antiquísimo y ya casi extinto que nos parece que quizá en nuestros días siga vigente gracias a las tarjetas de presentación, a las invitaciones para eventos de todo tipo, a diferentes industrias que aún necesitan cajas de cartón y en último de los casos, románticos escritores que gustan todavía, ver impresas sus palabras en los libros que afortunadamente siguen vigentes y sin duda, uno que otro colegio, organización e institución que siguen contratando los servicios para imprimir gacetas, folletos, volantes, flyers, periódicos, entre otros formatos.
En nuestros días, podemos seguir viendo, aunque escasamente, imprentas que rescatan una larga historia del papel y la tinta; en esta ocasión quisiera llevarlos a un rinconcito de Mérida donde se sitúa Imprenta Manlio.
Una vez que entras a las entrañas del establecimiento, eres recibido cordialmente por el propietario Gabriel Herrera Canto que con su afable sonrisa te ofrece un agradable e interesante recorrido por toda la imprenta donde, por cierto, tras sus puertas se encuentra también el Museo Manlio Herrera Moo, del cual les hablaré la próxima semana.
Entrar al establecimiento, es como entrar a una capsula del tiempo; mi primera impresión fue estar en un lugar mágico donde esas “máquinas” enormes que fueron las primeras en darnos la bienvenida, nos retaba a quedarnos quietos, a evitar poner nuestras manos en las empolvadas teclas de un antiguo modelo de impresora; junto a este, se encontraba una repisa llena de piedras de plomo que al derretirlas se vuelven “tipos” que dan vida a las palabras, en tinta; el centro de operaciones está instalado en una de las tantas casas céntricas; reliquias históricas, que si bien por fuera no es la típica casa de fachada colonial, pero por dentro, conserva antiguas y sentimentales piezas familiares.
Imprenta Manlio, ha sido un negocio familiar, que ha tenido el privilegio de operar por más de 60 años, se ha vuelto parte importante de la historia de Mérida y ha acogido diferentes personajes sobresalientes de la vida pública del estado.
Ha sido un lugar que ha visto pasar la historia y con esto, han tenido que asumir los retos del cambio que su oficio le demanda.
La actualización del negocio ha sido la base para mantenerse vigentes y en el gusto de sus clientes; los retos a los que se han tenido que enfrentar ha consistido en el uso de nuevas tecnologías que aunque se han posicionado en el mercado por los resultados óptimos, no han podido desplazar a la antigua tipografía.
Quizá Imprenta Manlio, sea la radiografía de muchas de las imprentas del país que cada día enfrentan los retos que “los nuevos tiempos” traen.
Hasta aquí amigos espero que hayan disfrutado de un breve recorrido por otro lugarcito de Mérida, mientras tanto yo, seguiré escribiéndoles Desde el Sureste.
Sin más me despido y les invito a continuar la lectura de la segunda parte de este entrañable tema, el martes de la próxima semana.